martes, 28 de enero de 2014

TERCERA PARADA


TERCERA PARADA

El reencuentro fue espectacular, los juegos de inicio amenizaron el comienzo de la clase, e hizo que nuestra embarcación llegara a buen puerto después del fuerte oleaje vivido en las vacaciones (al menos en las mías).

Hoy nos sumergimos en lo más profundo de nuestra personalidad, pasando por los distintos niveles del “Iceberg-Neurológico”. Todos estos niveles ( entorno, comportamiento,  capacidad, sistemas de valores y creencias, e identidad) están interrelacionados y condicionan nuestra manera de ser. Así que a lo largo de nuestro viaje, tendremos que bucear hasta lo más hondo de esta macroestructura para conocernos y descifrar así, todos los puntos de nuestro mapa personal o mapa del mundo que  vamos edificando a lo largo de nuestra vida.

Tal vez, conociéndonos bien, podamos llegar a comprender mejor a los demás. Como muy bien nos dijo nuestra capitana “la distancia entre yo y el otro es la misma distancia que entre yo y yo mismo”. De esta manera podemos empezar a tener una vinculación emocional, y esto está muy relacionado con uno de los niveles más profundos de nuestro iceberg, que es el sentimiento de pertenencia. La pertenencia, fue tratada por muchos autores como Maslow, que en su famosa pirámide, establece una jerarquía de las necesidades de los individuos. Primero estarían las necesidades fisiológicas, después la seguridad y cuando tenemos todo esto, queremos formar parte de algo (pertenencia a un grupo, familia, amigos…), por eso buscamos el reconocimiento, y cuando ya lo hemos logrado todo, estamos a un solo paso de la autorrealización.

La pertenencia a un grupo ( clase, comunidad escolar, familia…) hace que nos comprometamos con él, cooperemos, participemos, etc . La ruptura se presenta de múltiples maneras, ya sea a través de conductas violentas de enfrentamiento o por el contrario, a través del aislamiento y del retiro. Esto lo vemos diariamente con nuestros alumnos/as.
Cada niño/a tiene su propio mapa del mundo que ha ido construyendo hasta ahora, y dentro de su capacidad de elección, de entre todas las opciones que se le vayan a presentar, va a elegir la mejor según su criterio.

Una de las premisas que hemos aprendido hoy es que “ detrás de cada comportamiento hay una intención positiva-adaptativa”.
Probablemente, la opción que va a elegir ese niño, (esa conducta positiva para él, porque es la única que conoce), es negativa desde nuestro propio esquema mental.
Por ello, es necesario que cambiemos el foco de atención del ¿Por qué? al ¿Para qué?, es decir, que una vez conocidas las causas, pasemos a  las soluciones.

Como tarea, debemos aprender a manejar la situación desde un punto de vista emocional, teniendo en cuenta que ese comportamiento tiene una intención positiva para ese niño/a.

Esta parada, como todas las que hasta ahora hemos realizado, nos sirve para tomar nota de sabios consejos y volver rumbo al mar, con la total seguridad de que nuestra barca es más fácil de manejar.

1 comentario:

  1. ¡Se puede decir más alto, pero no más claro! Maravillosa síntesis que, además, "toca" y "vibra"... Volvamos rubo a la mar, Laura. ¡Muchas gracias!

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