¿Qué
pasaría si, de repente, todos, nos volvemos niños, niñas, y aparecemos juntos
en medio de un aula del cole?
Este
pequeño milagro ya se produjo.
Regresamos
a nuestra infancia y con nuevos compañeros iniciamos un viaje, no exento de
peligros, en una barca de papel. En principio navegamos en solitario. La música
nos permitió desembarcar en playas sugerentes y el juego del azar tejió lazos de amistad. Sin darnos cuenta, con
maderas de emoción, fuimos construyendo una barca amplia donde al fin entramos
todos.
Y juntos iniciamos el gran viaje.
La
serenidad de la barca grande nos ayudó a descubrir el círculo mágico donde
todos quisiéramos estar, nos permitió abrir puertas hasta ahora cerradas y
afrontar con fuerza desafíos desconocidos.
Descubrimos
íntimos tesoros, reflejo de nuestra ilusión y nuestros mejores deseos y que guardamos juntos en la caja de los ángeles custodios.
El
viento de las emociones empuja con brío nuestra barca. La aventura no ha hecho más que comenzar.
Juan Carlos
Juan Carlos
Bonito. ¡me gusta!
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